Es posible que el reclamo de Zapatero en las invitaciones surtiese efecto, o puede que el PSdeG-PSOE haya puesto su maquinaria a funcionar con los ojos puestos en las próximas elecciones autonómicas, o quizás se deba a que, como dijo José Blanco, se palpe la ilusión en el ambiente, pero lo cierto es que los socialistas gallegos consiguieron su objetivo y llenaron el pabellón ferial vilagarciano. Quizás se hayan superado los cinco mil asistentes que se habían anunciado. No faltaron los conselleiros socialistas ni la ministra de Medio Ambiente, y entre el público, militantes de toda la vida, muchos jóvenes modernos y algunos de estética gótica o con la camiseta del Che mezclados entre muchos pañuelos rojos.
El acto empezó con media hora de retraso por culpa de los atascos. Por eso la alcaldesa de Vilagarcía, Dolores García, no olvidó recordarles a todos que, cuando volviesen el año que viene, la ciudad arousana contaría ya con circunvalación.
La empanada
El tiempo inestable de septiembre obligó a los organizadores de la celebración de los socialistas a cambiar la ubicación de su encuentro anual, que antes se celebraba en una carballeira de Caldas y que desde hace dos años tiene como escenario el pabellón de Fexdega, en Vilagarcía, donde ayer el calor ambiental y el humano eran palpables.
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